Parque Tayrona

Ah, no estar parado ni andar,
no estar acostado ni de pie,
ni despierto ni durmiendo,
ni aquí ni en cualquier otro lugar,
resolver la ecuación de esta inquietud prolija,
saber dónde estar para poder pasear por todas las calles,
saber dónde…

Fernando Pessoa
El paso de las horas


Ya me daba un poco de apuro no haber escrito nada desde ¡mayo!. Tengo varias teorías al respecto, pero mejor no intentar arreglarlo.

De vuelta en Colombia. Estoy en Cali, barrio de San Antonio, en la casa a la que llegué hace unos meses a visitar a Dan. Alba y Diana me alojan y cuidan amorosamente. Este un barrio alternativo-clase media, tranquilo, activo en lo cultural y con los cafés más agradables de toda la ciudad. Pero a mí me gusta la tienda de la esquina, donde bebemos cervezas y están las ¨fuerzas vivas¨ del barrio, como diría cierto amigo mío, y este ciber, desde el que os escribo, que lo lleva Camilo, un ayahuasquero y pachamámico que parece estar siempre soñando. También me gusta la panadería que hay a la vuelta de la calle. Puedes encontrar pan de bono recién hecho y un tinto que no está mal, eso sí, lo tomas en la calle pero siempre encuentras a alguien que te da conversación durante el desayuno, por si te aburres.

Pero lo mejor de Cali es la forma en que ventea por las tardes, que normalmente precede a una lluvia más o menos torrencial.

¨Cali es Cali, y lo demás es Loma¨

Supongo que suscribo la frase, pero Cali es más cosas. Cali es actividad cultural frenética y falta de oportunidades para los jóvenes, Cali es salsa, es Hip Hop y también regetón machista, Cali es viento fresco y calor insoportable, movimiento estudiantíl y violencia en los barrios, policía e inseguridad (a veces comprendidas en el mismo concepto), Cali es hermosa y tremendamente fea a un tiempo.

Cali es Cali