CARNAVALES DE ORURO 17 DE FEBRERO 2007



A pesar de mi poca tradición carnavalera, después de celebrar mis 31 como merecían (fiesta hasta las 9 de la mañana), nos fuimos a pasar el fin de semana a Oruro, ciudad que se encuentra a 3700 metros de altitud y que celebra los carnavales más famosos del país. Son tres días de fiesta en los que representantes de todas las regiones, bailan, saltan y tocan como agradecimiento a la Virgen del Socavón (Virgen de la Candelaria). Esta santa, virgen y pura liberó a la ciudad, según la tradición, de cuatro plagas que el diablo había enviado contra su población. La víbora, a quien troceó en cuatro trozos, como se puede observar en una las colinas de la ciudad, las hormigas, pulverizadas en arena fina, el sapo, convertido en piedra y el cóndor también paralizado.

Lo dicho, tres días de locura, de baile infinito y el consiguiente alcohol para soportarlo. Nosotros desde las gradas acompañamos la fiesta y la continuamos en las calles de la ciudad, no menos animadas. No vamos a hacer balance de las horas dormidas, porque “pa qué”.

Los creyentes prometen a la virgen tres años de baile por las calles de Oruro, algunas personas lo hacen durante más de 20. Cuatro kilómetros de recorrido que ni el granizo repentino que cayó el domingo sobre la ciudad es capaz de interrumpir. Lo dicho, una locura. Ahí va una relación seleccionada de los diferentes grupos y danzas que desfilaron por la Avenida 6 de Agosto.







LAS MORENADAS


SURI SUCURI

LOS TINKUS mis preferidos


LA DIABLADA Y YO




Aquí la religión católica, impuesta ya sabemos todos por quien, se vive de manera muy peculiar. Los evangelizadores tal vez han pensado que han logrado convertir a los “salvajes”, pero éstos han incorporado las creencias impuestas a las que ya existían en estas tierras sin Dios. La Pachamama, el Tío (diablo-dios del interior de las minas), el Condor y cientos de creencias precolombinas que se funden con las teorías católicas y conviven en el día a día de la gente de una manera natural. Este mural que se encuentra en el Santuario de la Virgen del Socavón, puede daros idea de lo digo.



La pandilla cruceña regresó a sus responsabilidades con la cooperación española u otros empleos y yo aproveché para darme un paseo por el país. Desde Oruro sale un tren (una de las pocas líneas ferroviarias con las que cuenta Bolivia), que va camino del Sur y llega hasta Argentina, pasando por Uyuni, mi destino.




Por orden de aparición: María, la superbibliotecaria (joven cooperante), Samuel que muchos conocéis mi casero junto la que le sigue que es Silvi, más atrás Laurita, una bióloga aguerrida (joven cooperante también), el de amarillo Tomás, vive en el Chapare pero de vez en cuando se junta con la plebe y más arriba con la cámara de vídeo Ariel, cruceño y actor con un pasado adventista oscuro. Todos vamos con plásticos porque es costumbre lanzar globos de agua en Carnaval, se parten de risa los bolivianos, ellos son así.


SALAR DE UYUNI 20 DE FEBRERO 2007

El Salar de Uyuni, es un desierto de sal de 12.000 kilómetros cuadrados, espectacular!!!. Cuando llegas al pueblo de Uyuni cientos de agencias te ofrecen itinerarios, de 1, 3 o 4 días. Yo elegí el de 3, con la idea de quedarme en la frontera con Chile y pasar a visitar el país, más por cercanía que por otra cosa. Lo cierto es que tuve suerte con el grupo que me toco en gracia, (se hace el recorrido en jeep y son 7 personas con las que pasas tres días en medio de la nada, bueno en medio de la maravilla). En la puerta de la agencia conocí a dos chicos argentinos, que convencieron a la dueña para que fuéramos en el mismo grupo, lo cual resultó ser una suerte. Una chica italiana encantadoramente loca que ha cambiado Londres por Buenos Aires, un sudafricano pegado a su cámara (era peor que yo), un matrimonio francés de profesores jubilados que nos aguantaron las juergas estoicamente y mis padrinos de viaje dos argentinos que nos salvaron más de una vez con su mate. Como espero que todos ellos no me hayan pedido la dirección del blog para tenerlo en la agenda, os mando un beso desde aquí chicos. Lo pasamos genial la verdad.





Se pasa del Salar al desierto de Siloli a 4600 metros de altitud, diferentes lagunas de colores impensables en las que encuentras miles de flamencos y el último día se cierra el recorrido en los géiseres “Sol de mañana” y las termas, una piscina natural en las que te bañas a las 9 de la mañana en un agua de unos 30 grados centígrados en medio de la nada, en fin las imágenes pueden ilustrar mejor







SALAR DE UYUNI





DESIERTO DE SILOLI




LAGUNA CHARCOTA



LAGUNA HEDIONDA



GEÍSERES "SOL DE MAÑANA"


Después de tres días de no dar crédito a mis ojos, me dejaron en la frontera con Chile. En dos horas y media estaba en San Pedro de Atacama, un oasis en medio del desierto, el Desierto de Atacama, el más seco del mundo y puedo dar fe de ello, el último día me estaba empezando a fallar la respiración.

Cruzar la frontera es pasar a otro mundo en cinco kilómetros. Uno sale de Bolivia y encuentra la civilización chilena, carreteras asfaltadas, edificios occidentales, en fin, un país cuyo nivel de vida no tiene nada que ver con el de Bolivia, esto se nota en el coste de las cosas también, me quedo con Bolivia de momento.

San Pedro es un pueblo superturístico, lleno de mochileros y de una oferta infinita de actividades de aventura que se pueden hacer en el desierto. Yo sólo fui al valle de la luna, a ver atardecer, precioso!!!.Después de tres días de no dar crédito a mis ojos, me dejaron en la frontera con Chile. En dos horas y media estaba en San Pedro de Atacama, un oasis en medio del desierto, el Desierto de Atacama, el más seco del mundo y puedo dar fe de ello, el último día me estaba empezando a fallar la respiración.

Cruzar la frontera es pasar a otro mundo en cinco kilómetros. Uno sale de Bolivia y encuentra la civilización chilena, carreteras asfaltadas, edificios occidentales, en fin, un país cuyo nivel de vida no tiene nada que ver con el de Bolivia, esto se nota en el coste de las cosas también, me quedo con Bolivia de momento.

San Pedro es un pueblo superturístico, lleno de mochileros y de una oferta infinita de actividades de aventura que se pueden hacer en el desierto. Yo sólo fui al valle de la luna, a ver atardecer, precioso!!!

Lo mejor del pueblito fue un encuentro con unos madrileños que están viajando por América latina desde hace un año vendiendo su artesanía y que me recomendaron un hostal en el que ellos estaban alojados. Aquí cambió un poco la visita porque, el buen rollo de la gente que allí se hospedaba me hizo quedarme cuatro días, aunque hubo más fiesta que turismo, para ser sincera. Un beso para Nelson, que escapó del curro afortunadamente y con quien compartí más de una cerveza.

Desde San Pedro de Atacama me fui a Arica, ciudad de la costa chilena. Aunque mi pensamiento era estar al menos un día para bañarme en el pacífico, resultó ser una visita de dos horas, porque el bus para volver a Bolivia, a Cochabamba, salía en la mañana y la verdad es que no me apetecía dormir en aquella ciudad, era un Benidorm a lo latino. Así que saqué mi billete, bajé a la playa, metí los pies en ese nuevo mar para mí y volví a la estación rumbo a Cochabamba, a Bolivia, que es un país barato!!!!.

COCHABAMBA 27 DE FEBRERO DE 2007


Cochabamba quizá sea la ciudad más agradable y más vivible de Bolivia. No te arrebata como la Paz, pero tiene buen clima, se come maravillosamente bien y hay cafés y librerías con las que pasar la tarde. Me quedé en casa de Marta, otra cooperante que me ofreció su hogar y me cuidó de lujo durante mi estancia.

Lo más destacable de la visita, el Convento de Santa Teresa. Sin rehabilitar todavía, se conserva tal cual lo han utilizado hasta hace nada las Carmelitas desde su fundación en el año 1760. Lo más interesante es que en su interior encuentras las tallas europeas al lado de las realizadas por los artesanos de la escuela de Potosí, barroco mestizo. Las señoritas que ingresaban en el convento podían ser de alta cuna (normalmente la segunda de una familia bien tenía que pagar una dote de 100.000 dólares de la época, es decir, sin tener en cuenta la inflación, una pasta vamos) llamadas de velo negro o Coristas, luego estaban las de velo blanco, Legas o Freiras, que venían a ser las damas de compañía de las primeras y por último las Terciarias, es decir, las sirvientas. Clasistas las Carmelitas, como toda la iglesia católica claro, pero el convento es una joya. Además la visita fue de lujo, porque me acompañó una de las jóvenes que están rehabilitando lo que pueden de manera voluntaria a la espera de financiación.






EL CORO DEL CONVENTO DE SANTA TERESA
(no es una monja de carne y hueso lo que se ve, es una talla, vestida tal y como acostumbraban los artistas mestizos)


Bolivia está inundada, supongo que algo habréis oído por allí. Llegar a Santa Cruz por tierra puede ser toda una aventura, así que aproveché la coyuntura y me fui al Chapare. El Chapare es una región tropical, en la que se encuentra una de las extensiones más grandes de plantación de coca y además la más controvertida. La mayoría de la producción se ha utilizado para la elaboración de cocaína, porque los bolivianos prefieren mascar coca de los Yungas (una región del departamento de La Paz). Para los campesinos no hay mucha diferencia entre que se utilice para una u otra cosa en cuanto al dinero que ellos reciben. En esta zona la cooperación española tiene un proyecto de cultivos alternativos, una planta de envasado de palmito. Aprovechando que trabaja allí otro de los jóvenes cooperantes me fui de visita. Pero llegar al Chapare tampoco es fácil.

Quedé en Cochabamba con una de las chicas que trabaja en la planta, Erlinda, que tiene su bebe de dos años y su marido en Cochabamba, pero que tiene que pasar la semana trabajando a más de cuatro horas de distancia. Camino del Chapare ha habido un derrumbe en la carretera, así que lo que hay que hacer es lo siguiente; agarras (aquí lo de coger está mal visto) una movilidad que te lleva hasta el derrumbe, andas unos trescientos metros entre excavadoras y tractores, una vez al otro lado unas motos te pueden acercar hasta el punto en el que están los “trufis” (taxis) que te llevan hasta tu destino, en este caso Chimoré, el pueblo en el que está la planta de palmito de la AECI.

El derrumbe:



Para mí fue un verdadero placer, el paisaje es increíble, la vegetación exuberante y el agua emana de todos los rincones, al margen de poder atravesar en motocicleta un paraje así. Pero en este derrumbe, teniendo en cuenta que ésta es una de las vías que une Cochabamba con Santa Cruz, puedes encontrar filas de camiones de kilómetros, repletos de mercancías echándose a perder, esperando a poder pasar. Son apenas 300 o 400 metros los que están anegados, pero los camiones pasan con cuentagotas y algunos tienen que ser ayudados por las propias escavadoras que están arreglando el camino, se quedan atascados en el barro. Algunos de ellos pueden estar hasta dos semanas en la cola. Un desastre como podréis entender.

El Chapare es el paraíso. Apenas estuve un día y medio, porque los de la planta iban a Santa Cruz a una reunión y me vine con ellos para acá, pero el verde, los pueblitos, las mototaxis, en fin, creo que me voy a comprar una motillo y me voy a vivir allí, plantaré palmito o coca, no lo tengo muy claro todavía, admito opiniones.





De vuelta en Santa Cruz, aunque creo que por poco tiempo. Los chicos siguen bien, Silvia con mucho trabajo y Samuel cada día más liado con proyectos por aquí también. El papá de Silvi ha llegado esta semana, así que tenemos la nevera llena de ibéricos y otra excusa para seguir paseando por la ciudad.

A aquellos que os parezca que este país es más que bonito, no os llevéis a engaños, no es bonito, es una maravilla y una sorpresa continua. Por otro lado, está en un momento político y social bien interesante, redefiniendo todo, forma de estado, identidades, autonomías, economía. Puede salir una alternativa en la región o puede irse al carajo, el problema estará en cómo se controla el populismo de unos y los intereses económicos de los de siempre, al margen de la pobreza, la ignorancia y la dependencia que sufre el país. Veremos.

Un beso enorme guapas y guapos.